Implantes dentales

Implantes dentales

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Hoy en día, los implantes dentales son uno de los tratamientos más populares, y por el que muchos pacientes suelen visitar cada año a su dentista. Cuando la reconstrucción de un diente no es posible y es necesaria su extracción, o cuando directamente hemos perdido una o varias piezas dentales, los implantes son una solución segura y duradera para sustituir nuestras piezas originales.

Debemos tener en cuenta que los implantes dentales responden no solo a una función estética para que nuestra sonrisa se vea bonita y completa, sino que también son funcionales, colaborando a mantener una buena oclusión y una buena salud bucal.

 

¿Qué es un implante dental?

Un implante dental es un sustituto artificial de la raíz natural del diente. Se trata de una pequeña pieza biocompatible, realizada normalmente en titanio, que se coloca en el hueso del maxilar mediante una intervención quirúrgica.

Una vez colocado el implante en el hueso comienza un proceso natural de osteointegración que durará unos meses. Cuando este procedimiento, se ha completado se colocará un pilar que servirá de unión con la corona o prótesis.

 

Biocompatible:
Capacidad de algunos materiales para adaptarse y ser aceptados por el organismo.

Osteointegración:
Capacidad de algunos materiales de crear una afinidad biomecánica con el hueso, quedando perfectamente integrados en éste. El material más conocido es el titanio.

Prótesis:
Pieza para sustituir una o varias piezas dentales perdidas. El material puede ser: zirconio, metal, cerámica, etc.

Pilar:
Elemento donde se ajustará la prótesis.
Es la conexión entre la prótesis y el implante.

Corona:
Parte visible de la prótesis que sustituye completamente las funciones de las piezas dentales perdidas.

 

 

¿Por qué es importante reponer las piezas ausentes?

Sencillamente porque cada diente tiene una función específica a realizar. Al igual que en una orquesta todos los instrumentos son importantes para que la música suene bien. En nuestra boca cada diente desempeña un papel diferente en la masticación. Los incisivos, por ejemplo, nos sirven para cortar; los caninos para desgarrar, mientras que los premolares y molares se encargan de  triturar los alimentos. Si nos falta alguno de ellos, el resto de piezas que quedan en boca deberán compensar la función del ausente. Las posibles consecuencias son:

  • Dificultad al masticar. Con la ausencia de una o varias piezas dentales el resto de los dientes tienen que trabajar más. Esto produce una sobrecarga que nos puede llevar a desgastes o incluso a problemas en la articulación
  • Movimientos dentales. Cuando perdemos una pieza dental, los dientes vecinos tienden a ocupar su espacio, lo que nos deja espacios donde se puede empaquetar comida, aumentando el riesgo de padecer caries y de problemas de encía como inflamación y sangrado.  Además, el diente antagonista se extruye, es decir, sale del hueso buscando “su pareja” dejando poco a poco al descubierto la raíz dental y produciendo problemas de sensibilidad.
  • Atrofia y pérdida del hueso donde estaba el diente perdido, al dejar de tener función.
  • Pérdida de la estética.
  • Problemas digestivos al no poder realizar de una forma correcta la masticación de los alimentos.

Para evitar todos estos posibles problemas debemos mantener a toda costa cada uno de nuestros dientes, tratándolos como pequeñas perlas a mantener a lo largo de nuestra vida

 

¿Qué tipos de implantes hay y en qué se diferencian?

Actualmente se utilizan dos tipos de implantes dentales que responden a dos materiales distintos, ambos biocompatibles: el titanio y el zirconio.

 

Implantes dentales de zirconio

El zirconio es un material cerámico de extrema dureza y resistencia. Su color blanco es muy similar al de las piezas dentales originales y tiene una extraordinaria durabilidad siempre que se mantengan unas condiciones de higiene óptimas. Además, el zirconio evita la formación de placa bacteriana a su alrededor, resiste muy bien la corrosión de los ácidos y no provoca problemas por los cambios de temperatura. Estos implantes se utilizan en pacientes alérgicos al titanio o que quieren una extremada estética.

 

Implantes dentales de titanio

El titanio es el material más utilizado tradicionalmente para los implantes dentales. Se trata de un metal de un color similar al acero, pero más ligero, fácilmente moldeable y de una extrema dureza. Su alta biocompatibilidad hace que el organismo difícilmente lo rechace. La técnica que se utiliza para colocar los implantes de titanio es la osteointegración. Consiste en una unión mecánica a través de la cual las células del hueso se adhieren a la superficie del implante, consolidando así de forma progresiva su fijación al maxilar.

 

Un tratamiento personalizado

Los implantes dentales son la solución idónea para todo paciente que le falte uno o más dientes. Se adaptan a distintas necesidades:

  • La sustitución de un solo diente. Una corona colocada en un implante, ya sea en el maxilar superior o el inferior.
  • Sustitución de varios dientes. Coronas individuales sobre implantes o un puente adaptado a dos o más implantes.
  • Sustitución de todos los dientes. Los implantes dentales son la mejor solución ya sea en el maxilar superior o inferior. Puede elegir entre un puente adaptado a varios implantes o una prótesis desmontable ajustada mediante dispositivos de anclaje a implantes dentales.

Cada paciente debe someterse a un diagnóstico y planificación antes de la realización de cualquier tratamiento con implantes dentales. Serán necesarias una serie de pruebas diagnósticas, como un estudio radiográfico y un diagnóstico clínico completo.

 

¿Qué otras cosas debería saber?

Consumir tabaco antes o después de realizarse un implante  no está prohibido pero las personas que consumen tabaco de forma habitual tienen tasas más altas de fracaso del implante. El tabaco es un factor de riesgo de muchas enfermedades y entre ellas de la periimplantitis.

La periimplantitis es la inflamación del tejido que rodea el implante dental y provoca la pérdida del hueso que soporta el mismo. Como consecuencia fumar multiplica el riesgo de fracaso del implante. Por otro lado, el tabaco está asociado a una menor absorción del calcio. Como consecuencia la estructura ósea de los fumadores es más débil pudiendo afectar al proceso de osteointegración y fracasando el implante

Los implantes pueden durar toda la vida si los cuidamos de la manera adecuada. Se debe llevar a cabo una higiene dental meticulosa, haciendo hincapié en zonas de difícil acceso como el hueco entre la corona y el pilar en el que se fija la prótesis. Además de visitas regulares en le dentista nos asegurará una larga vida del implante. Por mencionarlo en cifras, siguiendo las indicaciones de limpieza proporcionadas por nuestro dentista y acudiendo a revisión de forma periódica, los implantes dentales se mantienen en perfecto estado al cabo de 15 años en el 90% de los casos.

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